En la ciudad de Guadalajara, Jalisco se presentaron cinco fotografías a blanco y negro de Ramón Saturnino. La muestra estuvo conformada por tres fotografías de cadáveres caninos en diferentes estados de descomposición. En la pared rematante a la entrada se encontraba una fotografía de un árbol, a mano derecha una de un muro en el desierto. Estas últimas dos fotos colgaban a una altura semejante a su posición en el horizonte, mientras que las otras tres se recostaban en el firme. Sesenta personas transitaron la exposición; algunas se detuvieron a ver las fotografías, otras simplemente observaron de reojo.
La impresión se efectuó bajo el cuidado de Patricio Malagón y Alfonso Bezaury